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Primera parte: EL TEMOR Y LA PERCEPCIÓN DE UN MAL FINAL CRECEN EN EL 51% OFICIALISTA DE AQUEL DICIEMBRE DEL 2015 QUE, AÚN SIN ARREPENTIMIENTOS, SUFRAGÓ POR LAS POLÍTICAS DEL ELECTO EN ARGENTINA. Escribe Amílcar Moretti

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En nuestra nación argentina, claro está, ya es notorio un silenciado malestar general, no expresado del todo, no dicho de modo claro, no confesado en palabras. Se advierte en gestos y silencios una riesgosa acumulación de presión social individual y colectiva que, al no encontrar vía de escape o aliviamiento, de modo previsible permite suponer un final desastroso, un colapso con derivaciones impredecibles en cuanto a gravedad o descontrol. Y, es probable, o seguro, con sangre.

 

 

EN TORNO A LA BURRERÍA DE LA CLASE MEDIA ARGENTINA DEL 51% DE AQUEL FIN DEL 2015

 

Escribe
AMILCAR MORETTI

 

 

 

                    Todo ha de terminar mal. Ya huele mal, se percibe un clima colectivo de silencio que suele aparecer cuando se imagina algo muy malo, innombrable. A lo largo de mi vida he sido testigo y vivido dos y tres veces circunstancias semejantes a las de hoy en Argentina. Todas concluyeron en desastres. En nuestra nación argentina, claro está, ya es notorio un silenciado malestar general, no expresado del todo, no dicho de modo claro, no confesado en palabras. Se advierte en gestos y silencios una riesgosa acumulación de presión social individual y colectiva que, al no encontrar vía de escape o aliviamiento, de modo previsible permite suponer un final desastroso, un colapso con derivaciones impredecibles en cuanto a gravedad o descontrol. Y, es probable, o seguro, con sangre. Digo, muertos: no es nuevo en Argentina, aún en años recientes. Menos desde 1955, cuando el derrocamiento del gobierno del general Perón hasta hoy.

 

 

 

 

         Es una combinación de temor, incertidumbre, perjuicios reales muy sentidos, malhumor y disconformidad no declarados de forma explícita, percepción de que la situación general empeora, sensación interna de haberse equivocado de modo grave cuando se eligió y a la vez falta de valor y conciencia política en reconocerlo de modo público. Una vergüenza reprimida. Una percepción de sí mismo vergonzante -darse cuenta del error cometido y de que el adversario tenía razón- junto a la vigencia interior de un amasijo de prejuicios, indiferencias brutales y necias y ferocidades sociales frente a franjas comunitarias más débiles o simplemente diferentes por contar con menores posibilidades. En suma, un trasfondo de conciencia moral, política y social desagradable, inquietante, en algún punto inconfesable y de base racista y clasista discriminatoria torpe,  ignorante, desinformada y altamente impiadosa e implacable en comunión con un pensamiento político de derecha estrecho e irresponsable.

 

 

 

            En este magma de la subjetividad colectiva del antiguo 51% oficialista parece haber un común denominador: la irresponsabilidad, No hacerse responsable, excusarse y ocultarse mediante un sentimiento falso e improvisado para autotitularse ajeno al problema generado y sobre todo a su gravedad. En este sentido, el “apoliticismo” y sentimiento cívico de comportamientos, conductas y pensamiento públicos aparece de una pobreza y mezquindad que roza, o penetra, la ruindad y una altísima carencia de coraje social comunitario. De ahí, también, lo vergonzante, salvo en los sectores de derecha activados políticamente.

 

 

                 No me refiero al descontento expresado desde diciembre del 2015 por el 49% de opositores. En este sector, de clases medias y sectores populares parece, en simultáneo con lo anterior, haberse expandido un desaliento por momentos notorio, al menos en lo individual. Hay razones para ello: desocupación creciente, nuevos desempleados y despedidos de sus trabajos, inflación creciente, todos efectos de una ya perpetrada gran devaluación de la moneda y otra siempre en ciernes y seguramente próxima, la apertura de las importaciones y el consiguiente cierre de fábricas argentinas, más un colosal endeudamiento externo que acabó con las reservas genuinas del anterior gobierno y que visiblemente es imposible de pagar en cualquier futuro salvo con la entrega de territorio y sus riquezas, probablemente ya puestos como garantía de pago. 

 

(CONTINÚA)

 

 

 

Frankitoproducciones Yes Beats Productions (Soy La Muerte) – Rap

Yes Beat’s Productions Instrumentales

Publicado el 3 jun. 2014

espero que les guste rap improvisado por dortirog frankito

 

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Categoría: Música

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