Solo se trata de vivir. Aunque todo esté asegurado, lo que ya es complejo (o resultado de la ceguera), el asunto de este transcurrir no es fácil: surfear se aprende, te enseñan, te forman con el amor en los dos primeros años (dice el psicoanálisis), y lo impide o facilita una exterioridad no siempre perceptible e imaginable (genocidio hitleriano, 30 mil desaparecidos, por ejemplo.) (AMILCAR MORETTI)
Cine en TV
COMPLEJO: SOLO SE TRATA DE VIVIR
Escribe
AMILCAR MORETTI
Una linda, seria, atractiva y reflexiva película, esta noche. ¿Y el “tema”? Bueno, “se deja ver”; quiero decir que es como la vida, para muchos: se deja vivir. ¿Es el poeta Nebbia el que dice “solo se trata de vivir”? A esto se refiere “Un año más”, inglesa, del 2010. Tiene esa mirada verista sobre lo urbano, lo social y lo íntimo hogareño que bien distingue al cine británico. No es que “Un año más” sea una película “realista” en el sentido convencional y vulgar del concepto: no muestra duras o brutales situaciones de crudeza social. Al contrario, deja percibir la realidad –aquí en un sector de profesionales universitarios de clase media común- sin forzar al espectador, acariciándolo con un ritmo sereno, de pura mirada, de pura percepción, aunque los personajes –que son varios, ocasionales- entren y salgan.
Mike Leigh es un británico de cine amable pero no engañoso, dos actitudes que suelen confundirse. Es veráz, y eso lo salva. Vale volver a su película más popular, “Secretos y mentiras”, premiada en Cannes y nominada al Oscar en 1996. Es aquella sobre la obrera ama de casa que recibe a su hija afro ya adulta y a quien dio en adopción, mientras el cuadro se completa con una diversidad de “personajes” que registra su marido en un estudio fotográfico de barrio. En “Un año más” se muestran las cuatro estaciones –el paso del tiempo- durante los 360 días del sereno matrimonio de una terapeuta y un geólogo, ya por los 60, o algo más. Equilibrados, vitales, cariñosos, han encontrado la sincronía afectiva y emocional como para sentirse satisfechos, más allá de la atención a un hijo treintañero no entusiasta del casamiento.
Los vecinos y la vida
No se trata solo de que el mundo viene y golpea a nuestra puerta. Se trata, también, de qué hacemos con ese mundo que está allí. Mejor dejarlo entrar, porque de algún modo igual lo hace. No nos invade; sucede que formamos parte del mundo. Artilugios para olvidar esa inmersión no escindible entre nosotros y el mundo, los hay: la industria de psicofármacos, las drogas no permitidas por autoridad sanitaria, el dinero, el consumo, el trabajo compulsivo, las obsesiones y lo maníaco, que nos absorben y nos ubican y a la vez desubican del mundo, que igual nos traviesa.
En la película de Mike Leigh veremos que “el mundo” son los vecinos y amigos. O vecina y amiga, en tramo de desconcierto y apuro. Es que la vida se va, algo que preocupa solo al llegar a cierta edad y también a veces al no cumplirse ciertas ilusiones o deseos. El matrimonio y el hogar de Gerry, ella, y Tom, él, es el refugio que eligen todos, ya para simplemente charlar y tomar una copa, comer, estar juntos. Y también los desconcertados, los que no entienden o no se les han dado las oportunidades -o bien las han manejado mal- para gestionar eso de “que solo se trata nada más que de vivir”. Aunque todo esté asegurado, lo que ya es complejo (o resultado de la ceguera), el asunto de este transcurrir no es fácil: surfear se aprende, te enseñan, te forman con el amor en los dos primeros años (dice el psicoanálisis), y lo impide o facilita una exterioridad no siempre perceptible e imaginable (genocidio hitleriano, 30 mil desaparecidos, por ejemplo.)
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No se trata solo de que el mundo viene y golpea a nuestra puerta. Se trata, también, de qué hacemos con ese mundo que está allí. Mejor dejarlo entrar, porque de algún modo igual lo hace. No nos invade; sucede que formamos parte del mundo. También hay artilugios fáciles y dolorosos para olvidar esa inmersión no escindible entre nosotros y el mundo.
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El filme se divide en cuatro capítulos que suceden en las sucesivas estaciones del año, y cuando todo ha sido presentado y registrado en pequeños episodios y situaciones, y algunas circunstancias son graves y dolorosas y otras no tanto sino como sobreactuaciones de cada uno de nosotros (casi un masoquismo para sortear la frívola estupidez generalizada), aparece el otoño con su melancolía y su sutil marcación de que todo pasa, ocurre y se va, y junto con ello los años y la más normal de las vidas humanas. Lo otoñal, predicción del final.
Hoy a las 22 por INCAA (canal 35).
UNA EXCEPCIONALIDAD
A las 20, una excepcionalidad en la programación. Ya lo mencioné el miércoles último: la película de Pedro Costa del 2001 sobre una filmación del matrimonio de cineastas franceses Daniélle Huillet (fallecida en el 2006) y Jean-Marie Straub, uno de esos maestros que pasan desapercibidos para el gran público porque sus películas no dan réditos financieros y su cine es “inclasificable”. Compañero de generación de Chabrol, Truffaut y también Resnais, todos fallecidos, y de Godard, Straub –que filmó mucho en Alemania y suele vivir en Italia- es quizás un “director para directores”, como suele decirse. Esos creadores cuyas formas de encarar temas a veces de trama no del todo reconocible suscitan en el que conoce y desea aprender más, que la “magia” del cine, ya sea para contar asuntos claros y simples así como los “grandes temas” complejos e intrincados del humano, surge del manejo del montaje y otros recursos son de una exigencia y prioridad mayúscula.
INCAA a las 20.
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Creadores como Huillet y Straub, cuyas formas de encarar temas a veces de trama no del todo reconocible suscitan en el que conoce y desea aprender más, que la “magia” del cine, ya sea para contar asuntos claros y simples así como los “grandes temas” complejos e intrincados del humano, surge del manejo del montaje y otros recursos son de una exigencia y prioridad mayúscula.
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EROTICA DE LA CULTURA agradece como siempre a YOUTUBE y a sus colaboradores el enorme esfuerzo que realizan por la cultura mundial.
“Another year” Dtor. Mike Leigh
teatrojovellanos
Subido el 16/1/2012
C.M.I. PUMARÍN GIJÓN SUR – sábado 10 de marzo / 20.30h.
Primavera, verano, otoño e invierno. Familia y amistad. El amor y la calidez.
Alegría y tristeza. La esperanza y la desesperación. Compañerismo. La
soledad. Un nacimiento. Una muerte. El tiempo pasa… Gerri, terapeuta, y
Tom , geólogo, llevan muchos años felizmente casados, aunque les preocupa
que su hijo Joe , que es abogado, permanezca soltero. Esta preocupación les
impide darse cuenta de hasta qué punto María , una compañera de trabajo
de Gerri, depende de su amistad.
