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LA MODELO SOY YO. LA DESNUDEZ SOY YO. nombres, autor, modelos, identidades. Algunas imágenes y reflexión de AMILCAR MORETTI

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YO SOY LA MODELO. LA MODELO POR SU NOMBRE, Y SU NOMBRE SOY YO. YO SOY LA DESNUDEZ (Amílcar Moretti).

 

AMILCAR MORETTI. 2016-2011. En Suite avenidas Callao y Viamonte, Buenos Aires. Séptimo piso. Balcón a Viamonte.
AMILCAR MORETTI. 2016-2014. En Suite avenidas Callao y Viamonte, Buenos Aires. Séptimo piso. Balcón a Viamonte.

 

 

Escribe
AMILCAR MORETTI

 

 

            En mi trabajo influye la aparición o no del nombre de la modelo. Mi interpretación del arte es esta: yo creo a la modelo (su imagen), hago un acto de creación o de autor con la mujer que contrato para modelo en desnudez mediante pago de honorarios, comidas, descansos, diálogos, personales y reflexivos, íntimos o generales. Y advierto que el espectador quiere saber quién es esa persona (esa imagen, que en gran medida es solo un producto mío, a partir de la modelo). LA MODELO SOY YO. LA IMAGEN SOY YO. Ella, la que se dice y aparece real, es otra, a veces mejor, casi siempre muy lejos de lo que creo.

 

 

 

 

 

               En ese sentido la modelo mujer en desnudez (su imagen) “existe más” si lleva nombre (esa es la ilusión del que mira). Es un fenómeno típico de la mirada en el arte. Me dicen y repiten que no: que el arte, la obra, la foto vale o debe valer por sí sola. Pero yo no lo creo del todo. Depende del sitio en que se ve la obra, el lugar, el espacio, la mirada, la puesta en escena decorativa o cotidiana, la colocación de la modelo, la luz, el momento (el momento del autor y el del espectador), el tiempo, la época, ayer y hoy, el transcurrir, la sociedad, la instancia política, el dinero, el pensamiento, el afecto, la emoción, la afectividad, el tacto, la piel, la luz, las meociones, el espectador. Y muchos factores más. La Gioconda no sería tal si no hubiese sido reconocida por los expertos, por el Louvre, por la identidad de su modelo.

 

 

                 “El título oficial de la obra, según el Museo del Louvre, es Retrato de Lisa Gherardini, esposa de Francesco del Giocondo, aunque el cuadro es más conocido como La Gioconda o Mona Lisa. Este título aparece documentado por vez primera mucho después de la muerte de su autor. Con respecto al nombre de Mona Lisa, más usado en fuentes anglosajonas, Monna es el diminutivo en italiano de Madonna, que quiere decir Señora.” –

(See more at: http://todaunaamalgama.blogspot.com.ar/2012/12/la-mona-lisa-una-caja-de-pandora.html#sthash.9b235pZM.dpuf ) (ver: http://todaunaamalgama.blogspot.com.ar/2012/12/la-mona-lisa-una-caja-de-pandora.html )

 

 

 

                        El arte es ficción. Ilusión pura. La obra de arte es también un producto, un producto ficcional, representacional. Y en algún tipo de expresiones, la danza o el teatro, por ejemplo, terminada la contingencia no queda nada, ningún objeto, a lo sumo una filmación o video-grabación, que es una mirada subjetiva sobre una representación también hecha como ilusión de los real.

Siempre pienso que la Gioconda de Da Vinci o la Maja Desnuda de Goya no serían del todo tales si no se conociecen quiénes y qué fueron como personas de este mundo, ya desaparecidas….. Esas obras llevan el peso de la existencia real de la persona humana terrenal que sirvió de modelo, de proyecto, de “inspiración”. Algo, impreciso, agrega el nombre de la modelo desnuda, muchas veces ocultado por vergüenza o sanción sexual, en una sociedad de represión sexual con mujeres que se repiten a sí mismas que son “emancipadas”, “liberadas”.

 

 

 

                       Esta es la ficción de la fotografía de una modelo (de una imagen de modelo, persona que puede ser mejor o peor que su imagen física y emocionalmente). He tenido modelos que como personas en la vida real no responden a las normas “convencionales de belleza) y yo las he embellecido. Creé otra mujer, a punto tal que no se han reconocido ellas mismas al verse en las fotos. Otras, ya lo conté, descubrieron -o creyeron en- su belleza recién al ver mis imágenes. Dudaban y no sabían de su atractiva belleza. Que la tenían o no; en cualquier caso, para mí eran bellas, o atractivas. Y a la inversa, a algunas modelos bellas sospecho que no les he alcanzado a registrar en su atracción física y visual, emocional y expresiva reales como personas. En todo caso, logré crear una belleza paralela, simétrica pero diferente.

 

 

AMILCAR MORETTI, en un piso alto en Buenos Aires, en suite con balcón a un hermoso edificio histórico que supo ser centro de brutales torturas durante la última dictadura militar argentina (1976-1983)
AMILCAR MORETTI, en un piso alto en Buenos Aires, en suite con balcón a un hermoso edificio histórico que supo ser centro de brutales torturas durante la última dictadura militar argentina (1976-1983)

 

 

 

 

 

 

AMILCAR MORETTI, en blanco y negro. Buenos Aires Ciudad, 2016-2013.
AMILCAR MORETTI, en blanco y negro. Buenos Aires Ciudad, 2016-2013.

 

 

 

 

 

 

AMILCAR MORETTI. 2016-2013, en el cruce de la Avenida Callao y calle Viamonte. Hermosa zona. A la vuelta de la esquina el bello Palacio de Obras Sanitarias, con su iluminación nocturna, y su paciente obrero de overol sentado en una banco de plaza, con el cual me pareció dialogué bajo algún cielo con estrellas, y al amancer del domingo de un enero caluroso y desierto. Y a mi lado, junto a mí, una bella muchacha desnuda. Apariciones de la noche. Ensoñaciones que esfuman sin ruido. Ni aún en las primeras horas de la tarse se ve a alguien caminando las veredas.
AMILCAR MORETTI. 2016-2013, en un séptimo piso de suite en el cruce de la Avenida Callao y calle Viamonte. Hermosa zona. A la vuelta de la esquina, el bello Palacio de Obras Sanitarias, con su iluminación nocturna, y su paciente obrero de overol sentado en un banco de plaza, con el cual hablé bajo algún cielo con estrellas, y al amanecer del domingo de un enero caluroso y desierto. Sentada junto a nosotros, tempranera de domingo, una bella muchacha desnuda. Apariciones de la noche. Ensoñaciones que se esfuman sin ruido, con el sol. Aún siquiera en las primeras horas de la tarde se ve a alguien caminando las veredas. Solo yo y el proletario permanente, paciente, con mono de trabajo.

 

 

 

Modelo: Inda Morena

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